LO BUENO Y LO MALO DE COMPETIR
Creo que todo el mundo tiende a competir: quién para tener más amigos, quién para sacar mejores notas, quién para ser más guap@ y para muchísimas más cosas. Yo creo que precisamente en estos ámbitos no es bueno competir, porque puede surgir envidia o rivalidades que dañan nuestra forma de ser.
Existen otras ocasiones en las que una sana competición puede traernos beneficios. Por ejemplo, cuando con mis amigas organizamos nuestras ‘’tardes de desfile’’, cada una se inventa algo espectacular, pero sin la intención de querer ser superior a las demás, sino simplemente para sacar lo mejor de su creatividad y disfrutar juntas de la tarde.
También creo que otras veces es mejor sustituir la competición con la cooperación: hay veces en las que es mejor unir fuerzas y juntar lo mejor de cada uno del grupo -dejando de lado el propio ego, eso sí- para llegar a un resultado aún mejor del que se hubiera llegado haciendo algo solos.
Por eso, hay que saber competir y cuando. Muchas veces es mejor admirar a los demás y aprender de ellos en vez que compararnos. Entonces, para evitar una competición negativa, es importante elevar la idea que tenemos de nosotros mismos para no transformar una sana competición en envidia o rivalidad.
¿Tú qué opinas? ¿Eres una persona competitiva? Comenta aquí abajo?
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